domingo, 4 de diciembre de 2016

Nietzsche.

Con Friedrich Nietzsche ya estamos cerca de acabar con la serie de los Filósofos así que sin más distracciones allá vamos.

Friedrich Nietzsche nació en Leipzig en el año de 1844, Falleció en Weimar en el año de 1900. Destacó por su teoría del Superhombre que se convertiría en la base ideológica de los fascismos del Siglo XX.

La idea base de la que surge el razonamiento de Nietzsche es la insatisfacción que experimentamos frente a la realidad. Esta situación de desvalimiento nos desasosiega y nos lleva a apoyarnos en algo o alguien porque en nuestra debilidad somos incapaces de soportar solos la vida. Aparece así un resentimiento hacia lo real que hace surgir todo un mundo supramundano, el mundo de la moral, de Dios, de la metafísica, a base de falsos razonamientos: si este mundo es aparente debe haber un mundo verdadero. La moral cristiana en su exaltación de valores como la humildad o la pobreza, ha sido un factor fundamental en la consolidación de una concepción "débil" de la existencia, en opinión de Nietzsche Jesús fue utilizado por un grupo de judíos para forjar una religión de débiles y resentidos. Nietzsche observaba que la cultura de su época vaciaba de contenido la religión, es por ello que proclama la muerte de Dios. Esta nueva humanidad que debe surgir "más allá del bien y del mal" representada por la figura del superhombre en una sociedad ultraindividualista en la que cada uno deberá mirar por lo suyo sin preocuparse de los demás.

En contraposición a Nietzsche, quienes le critican argumentan que sus ideas parten de una forma desviada de entender la religión la humillación de Jesús y la humildad del creyente. Denuncia a aquellos que entienden el amor cristiano como debilidad  y refugio de débiles sin captar toda la fuerza que reside en la entrega libre y soberana de Jesús. Para sus detractores, el sentido de la vida que proclama Nietzsche es, en el fondo, un sinsentido, una falta de orientación. Adoptarlo dificultaría, por un lado, la construcción de una personalidad estructurada, dado que el individuo quedaría a merced de sus instintos vitales, y por otro la integración social, porque el superhombre, liberado de toda moral, tiende al individualismo y a la imposición de su voluntad.

Y con Nietzsche hemos concluido con uno más de los filósofos "religiosos", hasta la próxima.

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